Fuente: www.abc.es
José Manuel Nieves
A medida
que la capacidad para estudiar ADN antiguo avanza, los científicos que tratan
de comprender la evolución humana se llevan sorpresa tras sorpresa. Y esta vez,
lo inesperado ha venido de la mano de los neandertales, ya saben, la "otra
especie" de humanos inteligentes que compartió Europa con nuestros
antepasados directos.
Reconstrucción
de hombre de Neandertal
Museo Arqueológico de Asturias (España)
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Sabemos,
por ejemplo, que cuando los primeros hombres modernos (nosotros), llegaron al
viejo continente, se encontraron con esta otra especie humana, los auténticos
primeros europeos, que llevaban ahí varios cientos de miles de años y cuyas
poblaciones se extendían desde la Península Ibérica hasta Siberia. Pero hace
40.000 años, poco después de "nuestra" llegada, los neandertales
desaparecieron por completo. Se extinguieron sin dejar rastro.
Los
detallados análisis genéticos llevados a cabo durante los últimos años han
revelado que "ellos" tuvieron descendencia cruzándose con
"nosotros" en Asia hace unos 60.000 años, mucho antes de nuestra
migración a tierras europeas. Del mismo modo, tanto neandertales como hombres
modernos se cruzaron, también, con los denisovanos, una población aparte de la
que la que no sabríamos nada sin la genética, ya que sus fósiles son muy
escasos.
Pero del
pasado y origen de los neandertales apenas tenemos noticias. ¿La razón? Resulta
extraordinariamente difícil encontrar ADN viable en fósiles de más de 100.000
años de antigüedad. Y las pocas muestras que logran atravesar ese océano de
tiempo se topan con una tecnología de análisis que a duras penas consigue
obtener datos fiables de materiales tan antiguos.
Una gran sorpresa
A pesar de
ello, un equipo de investigadores del Instituto Max Planck de Antropología
Evolutiva en Leipzig, Alemania, acaba de conseguir ADN viable de dos
neandertales europeos de hace 120.000 años. Y se han llevado una gran
sorpresa al comprobar que esos dos especimenes se parecen más (genéticamente
hablando), a los últimos neandertales que vivieron en Europa 80.000 años más
tarde (hace 40.000) que a otro neandertal de edad similar a la suya hallado en
Siberia. El hallazgo se acaba de publicar en la revista Science advances.
Gracias a
este descubrimiento, ha sido posible empezar a desentrañar la historia temprana
de los neandertales. Y ahora sabemos que esa otra especie inteligente tuvo en
Europa una continuidad y estabilidad que duró, por lo menos, 80.000 años (los
que van desde hace 120.000 a 40.000). Pero el trabajo también sugiere que ese
grupo pudo haber migrado hacia el este y haber reemplazado allí a algunas
poblaciones neandertales siberianas.
Migración a Siberia
Tanto los
restos óseos como la evidencia genética nos han enseñado que los últimos
neandertales que vivieron en Europa y Asia Central hace 40.000 años pertenecían
a un único grupo. Es decir, que procedían de un ancestro común que vivió hace
unos 97.000 años. Sin embargo, resulta que un neandertal de hace 90.000 años
hallado en la cueva de Denisova, en Siberia, está más relacionado con los
neandertales tardíos que con el llamado Neandertal Altai, encontrado en la
misma cueva, pero cuya antigüedad es de 120.000 años. Y eso sugiere que hubo
una migración temprana de neandertales hacia Siberia, seguida de una migración
posterior desde Europa que reemplazó a la población anterior.
¿Qué fue
realmente lo que pasó? Para aclararlo, Stéphane Peyrégne y sus colegas del
Instituto Max Planck obtuvieron muestras de ADN nuclear de neandertales que
vivieron en Europa occidental hace aproximadamente 120.000 años, uno en la
cueva Scladina, en Bélgica, y el otro de la cueva de Hohlenstein-Stadel, en
Alemania.
Los
investigadores utilizaron técnicas avanzadas que descartaran en las muestras la
contaminación microbiana o de ADN humano actual, y hallaron que los dos
individuos eran miembros de la población europea que dio origen a todos los
neandertales identificados hasta ahora, excepto el neandertal de Altai. Lo cual
parece sugerir que la población a la que los dos individuos analizados
pertenecían vivieron en Europa al mismo tiempo que la población de Altai vivía
en Siberia, y que más tarde sus descendientes emigraron hacia el este para
reemplazarlos.
Un grupo misterioso
Pero no
fue esa la única sorpresa. Los investigadores, en efecto, tambièn encontraron
ADN mitocondrial (que no está en los núcleos de las células, sino en las
mitocondrias y que solo se transmite por vía materna) que era "altamente
divergente" en el ejemplar de Hohlenstein-Stadel. Y eso significa que
existió otra población que aún no ha sido identificada. Una
historia, pues, mucho más compleja y que necesitará de mucha más investigación
para aclararse.
Buena información q ayuda a comprender la evolución humana
ResponderEliminar¡Muchas gracias por tu comentario! Un saludo
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