Fuente: www.elmundo.es
Teresa Guerrero
El análisis del fósil de un
cráneo de un hombre adulto hallado en una cueva de Rumanía revela que tuvo una
muerte violenta y que fue golpeado con un objeto parecido a un palo
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Fracturas en el cráneo 'Cioclovina calvaria' encontrado en Rumanía |
Ahora,
otro fósil que ya había sido examinado en varias ocasiones y que es conocido
como el cráneo Cioclovina calvaria, ha permitido identificar un nuevo
caso de muerte violenta: fue descubierto
en una cueva del sur de Transilvania (Rumanía) y, según las
científicas que lo han vuelto a estudiar, pertenecía a un individuo que fue
asesinado hace unos 33.000 años, durante el Paleolítico superior.
"Se trataba de un hombre. Es algo que
se sugirió al estudiar la morfología interna del oído y que fue confirmado por
las pruebas de ADN. Sólo se conserva el cráneo así que no podemos determinar la edad o la altura aproximada
que tenía, aunque sí sabemos que era un adulto", detalla a este diario
Elena Kranioti, antropóloga forense de la Universidad de Creta (Grecia) y
coautora del artículo, a través de un correo electrónico.
Simulaciones para averiguar la causa de la muerte
Desde que
se descubrió este fósil, había dudas sobre si la gran fractura que presenta en
la parte derecha se produjo en el momento de la muerte o fue postmortem.
Para
realizar esta investigación, Kranioti y su colega Katerina Harvati realizaron
simulaciones del trauma con 12 cráneos sintéticos, sometiéndolos a caídas desde
distintas alturas o golpeándolos con rocas y palos para intentar determinar
cómo se produjo la muerte. Las autoras del estudio, publicado esta semana en la
revista PLOS ONE , concluyeron que en realidad se trataba de dos
fracturas muy próximas y sus simulaciones revelaron que pudieron ser causadas
por un objeto similar a un palo. Su análisis muestra que no fueron accidentales ni
realizadas postmortem o que fueran producidas durante una caída.
"Recibió un golpe fuerte con un objeto parecido a un
palo que provocó una fractura que hundió el cráneo. No hay
señales de que estuviera cicatrizando, así que la fractura debió producirse
cerca del momento de la muerte. La fractura habría causado una hemorragia
craneoencefálico, que fue la causa de la muerte", explica Kranioti. "No podemos descartar la posibilidad de que sufriera
otros traumas en el resto del cuerpo pero como no lo hemos
encontrado no tenemos pruebas de ello", añade.
La autoras
recuerdan que el Paleolítico fue una
época de creciente complejidad cultural y sofisticación tecnológica.
La violencia hacia otras personas y el asesinato, sostienen, eran también parte
de ese comportamiento entre los primeros europeos modernos.
Por lo que
respecta a la escasez de fósiles de individuos asesinados, Kranioti señala que
no siempre se conservan bien y la falta de pruebas en especimenes muy antiguos
no significa necesariamente que en esas épocas de la historia no hubiera
violencia. Además, recuerda que sólo son capaces de identificar aquellas
muertes violentas que hallan dejado huellas en sus huesos, pues todos los
tejidos blandos han desaparecido. "Ha habido muchos otros asesinatos de
los que no ha quedado ninguna prueba", asegura.
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